Tecnología

Evelyn Berezin, la científica que creó el primer procesador de texto de la historia

Evelyn Berezin fue una de las mentes más brillantes de la tecnología en el S.XX. Científica, creadora del procesador de texto, emprendedora... Te contamos una historia inspiradora.

Por Redacción España, el 18/03/2021

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La tecnología es una herramienta en manos de las personas. Su evolución ha sido y es posible gracias a las mentes brillantes que trabajan en ella. Sin embargo, no todas esas personas ocupan el lugar que merecen en la historia. Es el caso de Evelyn Berezin, la creadora de los procesadores de texto. Su trabajo en los años 60 es la base que permite que redactes ese informe con Pages o hagas esa presentación en PowerPoint. Así que apunta el nombre, te contamos su historia.

Formación e inicio de carrera

Nacida en el Bronx en 1925, Evelyn Berezin era hija de emigrantes rusos judíos que llegaron a Estados Unidos en 1905: "Me crié en un barrió que era razonablemente bueno, pero muy muy pobre", explicó en la entrevista al Computer History Museum que añadimos a continuación.


Desde niña, destacó por su inteligencia y disfrutó mucho de sus estudios, en especial, de los de ciencias. De hecho, se adelantó a los cursos que le correspondían por edad. Berezin entró en la escuela de secundaria Christopher Columbus del Bronx, donde, a causa de la Depresión, todos los docentes eran jóvenes y altamente cualificados, por ejemplo… "Mi profesor de Matemáticas tenía un PhD en Princeton y el de Física tenía un PhD en Chicago".

Con 15 años, terminó el instituto y entró en la universidad pública Hunter: "El problema era que Hunter era una universidad para mujeres y no se preocupaban por la ciencia. Y yo quería estudiar Física desde siempre". Eran tiempos en los que no había sitio para las mujeres en la ciencia, ni en el terreno educativo ni en el laboral. Por eso, Berezin comenzó a estudiar Económicas.

Pero Estados Unidos entró en la II Guerra Mundial, los hombres marcharon al frente y eso brindó nuevas oportunidades para las mujeres, como ya te contamos en este artículo sobre la científica de la NASA Katherine Johnson. Ellas fueron llamadas a trabajar en las fábricas, y también se les facilitó ocupar las mesas que habían quedado vacías en las universidades.

Así, a Berezin le ofrecieron un puesto en una imprenta, trabajo que combinó con sus estudios universitarios en Física. La científica pudo cambiar de especialidad y se graduó en Física por la Universidad de Nueva York en 1945. Después, recibió una beca de la Comisión de Energía Atómica de Estados Unidos.

En octubre del 51, se unió a Electronic Computer Corporation (Elecom), una empresa de Brooklyn especializada en la creación de computadoras digitales. Ahí fue cuando la física comenzó a trabajar con ordenadores, como única responsable de la lógica computacional.

Entonces, este campo estaba en plena transición entre la primera generación de computadoras y la segunda generación de computadoras. Estas últimas eran más pequeñas, rápidas, eficientes y fiables gracias al cambio de las válvulas de vacío por transistores.

Berezin trabajó en una computadora que automatizaba cálculos de disparos armamentísticos y después en otros proyectos comerciales, como un sistema de automatización de suscripciones a revistas. También comenzó un proyecto de creación de un ordenador de oficina que no llegó a salir al mercado.

Por problemas en Underwood, empresa que había comprado Elecom, en 1957 todos los proyectos se pararon y el personal fue despedido. Así fue como comenzó la siguiente fase de la carrera de la científica.

Primer sistema de reservas de vuelo de la historia

Evelyn Berezin

Evelyn Berezin. Fuente: NY Times.

Evelyn Berezin fue contratada por Teleregister como directora del departamento de Diseño Lógico. Allí trabajó en sistemas de comunicación. Entre otros, lideró un proyecto para la Bolsa de Nueva York. Después, creó el primer sistema central digitalizado de reservas de vuelo de la historia, para United Airlines.

El sistema de la aerolínea trabajaba 24/7 y estuvo en funcionamiento durante 11 años. En ese tiempo no se registró ni un error. De acuerdo con el Computer History Museum, servía a 60 ciudades estadounidenses con un tiempo de respuesta de un segundo. Recordemos que hablamos de finales de los años 50. Ni siquiera AT&T había desarrollado una tecnología tan rápida.

Explicado de manera sencilla, la clave de ese éxito se debió a que, en lugar de crear una sola máquina, Berezin diseñó todo un sistema de ordenadores interconectados que permitía que, si uno fallaba, el sistema pudiera tirar de los demás y continuar en funcionamiento.

Del mismo modo, si se enviaba una orden y una computadora estaba ocupada, el sistema la derivaba a otra máquina automáticamente, lo que garantizaba esa celeridad de la que hablábamos. Con la idea del sistema de United Airlines como base, también creó un sistema automatizado de gestión de contabilidad bancaria.

A principios de la década de los 60, Berezin fue contratada por la Bolsa de Nueva York, a cargo del departamento de ingeniería. La científica era una de las pocas personas en el mundo capaz de desempeñar esa labor. Sin embargo, en última instancia, el vicepresidente echó atrás su contratación. ¿El motivo? Que, de vez en cuando, tendría que entrar en el suelo de la Bolsa y allí no se empleaba "un lenguaje adecuado para una mujer".

Primer sistema de seguimiento de carreras

Lo ocurrido con el puesto de la Bolsa fue “devastador”, según la científica, que nunca se había encontrado con un caso de discriminación tan flagrante. Es más, ella misma contaba que en Teleregister entró como jefa de 10 hombres y no se encontró ningún problema: había buen ambiente y se lo pasaban bien trabajando.

Pronto encontró otro trabajo, en Digitronics, una empresa que había sido fundada por sus antiguos compañeros de Elecom después del despido masivo. En Digitronics desarrolló un sistema de automatización de seguimiento de carreras en tiempo real.

La información de las grandes pantallas que se mostraban en las carreras se recogía y procesaba de manera mecánica: había personas recabando datos y haciendo cálculos de cabeza. La científica creó un sistema de automatización de todo esto, que, además, se convirtió en un pionero en este campo.

Ante el techo de cristal, emprendimiento

A pesar del éxito que cosechó también en Digitronics, llegó un punto en el que la científica se dio cuenta de que llevaba desarrollando el mismo trabajo desde los inicios de su carrera, y tenía ganas de más.

El gran problema era que, entre el puesto que ocupaba y la única figura a la que podría haber aspirado en una compañía, la de vicepresidenta, había un techo de cristal: "Sabía que ese cargo era para un hombre y que nunca me lo darían".

Otros científicos de su entorno habían creado sus propias compañías con éxito, así que Berezin, inspirada y animada por ellos, siguió su ejemplo y decidió emprender.

Primer procesador de texto de la historia

Evelyn Berezin Data Secretary

Evelyn Berezin y su Data Secretary. Fuente: NY Times.

Escribes un párrafo, lo borras, lo vuelves a escribir, corriges una falta de ortografía, "ay, aquí pongo un punto y seguido en vez de una coma", cambias una palabra por un sinónimo, cortas una frase, la pegas en otro sitio, "uy, me ha quedado demasiado largo, mejor divido el párrafo en dos". Todos estos procesos ahora nos parecen lo más normal del mundo, pero ojo, que esto no siempre ha sido así.

Antes de los procesadores de texto, la máquina de escribir no daba esa flexibilidad, hasta que Evelyn Berezin las llevó a los ordenadores a través de los procesadores de texto. Ahí cambió todo. Explicado de forma sencilla, la física ideó un sistema digital de escritura y edición de texto, el precedente más antiguo de nuestro Word.

Berezin se unió con dos antiguos trabajadores de Digitronics, el que era director de Ingeniería y un especialista en Marketing. Plantearon varias opciones sobre los productos que iban a crear y, finalmente, se decidieron por crear un procesador de texto. Con el objetivo marcado, la empresa se bautizó como Redactron Coporation y comenzó a trabajar con una plantilla de 9 personas (más adelante, esa cifra ascendería hasta 500). Era diciembre de 1969.

La idea sería un invento totalmente nuevo. Lo más parecido que había hasta entonces era una máquina de IBM llamada MTST, que era muy básica y muy limitada.

Había varios inconvenientes en el desarrollo. El más importante era que, por entonces, la gente no tenía ordenadores en sus oficinas o en sus casas como ahora, equipos para los que se pudiera crear un software sin más.

Por tanto, Redactron Corporation tenía que vender el software integrado en un hardware y conseguir hacerlo a un precio competitivo para que las empresas pudieran comprarlo, teniendo en cuenta que, en aquel momento, los ordenadores eran tan caros que el negocio estaba en el alquiler de aparatos más que en la venta (más adelante, la compañía se adaptó al mercado y cedió en este sentido).

En 1971, el proyecto salió al mercado materializado en una máquina llamada Data Secretary, cuyo objetivo era facilitar el trabajo de las secretarias. Fue diseñada y fabricada íntegramente dentro de Redactron. El invento de Berezin se vendió en Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Nueva Zelanda o Alemania, entre otros países. En 1972, ya se habían fabricado y vendido o alquilado más de mil unidades.

La empresa alcanzó la fama gracias a lo novedoso y práctico que era el invento y a la visión de Berezin, que, guiada por sus especialistas, hizo una potente inversión en Marketing y Relaciones Públicas. La científica había fundado una compañía exitosa.

Sin embargo, la crisis generó unos problemas financieros insalvables en Redactron, que fue comprada por Burroughs Corporation. Era el año 1976, fecha en la que Berezin fue incluida entre las 100 mujeres más influyentes en los negocios, un ranking de la revista Business Week.

La madre de los procesadores de texto falleció en Nueva York el 8 de diciembre de 2018, dejando como legado los importantes avances que sus inventos supusieron para la computación, además de una historia inspiradora solo a la altura de otras grandes científicas como la mencionada Katherine Johnson, Stephanie ShirleyGrace Hopper o Ada Lovelace.

*Foto principal: CHM.

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