Tecnología

Qué es la identidad digital

La identidad digital es la versión de ti mismo que está online. Por eso, debes cuidarla y protegerla. Te explicamos cómo.

Por Redacción España, el 22/02/2021

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La identidad digital ha evolucionado mucho en los últimos años, como pasa cada vez más en el mundo de las nuevas tecnologías. La vieja definición de la identidad digital u online ya ha quedado obsoleta.

Tradicionalmente, la identidad digital se definía como el conjunto de atributos y credenciales digitales validados para el mundo digital, esos mismos documentos que demuestran quién eres en el mundo real, pero en su versión digital. Generalmente emitida o regulada por un sistema de identificación nacional, una identidad digital servía para identificar de manera única a una persona en línea o en el mundo real.

Pero ahora, aunque la identidad digital sigue siendo eso, también es mucho más.

La identidad digital actual

La identidad digital se compone de la suma total de rastros digitales relacionados con un individuo o una comunidad. Esos rastros se basan en lo que dices sobre ti mismo: descripciones en redes, fotos… tus rastros de navegación, esos que dicen qué webs visitas, cómo te comportas en ellas, etc. (las famosas cookies), y por último, las trazas escritas o declarativas, que reflejan directamente tu opinión o incluso tu personalidad, al menos, la personalidad que se ve online.  

Por todo ello, la nueva identidad digital se puede definir tanto como la colección de rastros (escritos, contenido de audio o vídeo, mensajes de foro, detalles de inicio de sesión, etc.) que dejamos atrás, consciente o inconscientemente, mientras navegamos por la red, y el reflejo de esta masa de rastros tal como aparece después de ser digerida por los motores de búsqueda.

En pocos años, hemos pasado de una identidad online que incluía los datos personales de toda la vida (número de seguridad social, nombre, firma, fecha y lugar de nacimiento, incluso datos biométricos) a una identidad digital que refleja quiénes somos, tanto a nivel personal como, en muchas ocasiones, nuestra posición en la sociedad.

Identidad digital vs identificador

Como decíamos, la identidad digital ha evolucionado mucho hasta convertirse en lo que es hoy. Básicamente, cualquier dato que esté online y que trace el camino hasta la persona que se encuentra fuera de la pantalla compone la identidad digital.

El identificador es una forma de referirse al conjunto de todas esas características que hemos descrito antes, una especie de identidad parcial. Por ejemplo, si tienes un iPhone, tu cuenta de Apple, la que te permite descargar las apps y que te da acceso a todos los servicios de la compañía será tu identificador, de hecho, el nombre, Apple ID, ya da la primera pista.

La mayoría de los sitios web, incluidos los motores de búsqueda, prefieren que te registres. Así pueden mantener la información sobre ti y almacenar esa información como un perfil, con más seguridad.

El identificador no siempre se ve. Por ejemplo, si usas Google para buscar en internet, el buscador te asignará un identificador y lo almacenará en el navegador como una cookie.

La identidad digital es importante, protégela

Tu identidad digital es muy valiosa, para ti y, lamentablemente, también para otros. Y, aunque la identidad digital nos pone las cosas muy fáciles, también tiene sus riesgos. La suplantación de identidad es uno de ellos. Si bien es cierto que internet es un lugar cada vez más seguro y los sitios web están bien protegidos, copiar una identidad digital será más sencillo que suplantar a tu yo del mundo físico, pero con efectos muy parecidos. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer para proteger tu identidad digital.

Búscate en internet

No hace falta ser famoso ni haber protagonizado el último escándalo de Twitter, buscarte en internet no es una concesión a tu ego, sino una forma de asegurarte de que tu nombre no está donde no debería.

Configurar las alertas de Google es una forma de vigilar tu nombre. Cada vez que se mencione, recibirás una notificación. Si tienes un nombre común, puede ser útil adjuntar palabras clave a la búsqueda, como tu ubicación o actividades a las que se puede asociar tu nombre. Por ejemplo, si te llamas Juan Rodríguez y practicas la abogacía en Granada, será importante que añadas estos dos últimos datos a la alerta. Así no tendrás que estar pendiente de todos los Juan Rodríguez de España.

Algunas webs pueden tener más información sobre ti de la que te gustaría que se divulgara. Suele aparecer información personal como el número de teléfono, dirección y edad. Si es el caso, ponte en contacto con esas webs para que eliminen la información.

Verifica los ajustes de privacidad

Antes de marcar la casilla de “aceptar todo”, comprueba lo que te están pidiendo. En las redes sociales la configuración de la privacidad te permite controlar quién ve tus publicaciones en redes. Dedica tiempo a familiarizarte con estos ajustes hasta que te sientas cómodo.

Por ejemplo, Facebook te permite no solo limitar las publicaciones solo a amigos, sino también hacer listas personalizadas de personas que pueden ver ciertas publicaciones.

De todas formas, si hay algo que no quieres que se vea en redes sociales, olvídate de subirlo a la pestaña de mejores amigos. Si no quieres que esté, o crees que podrías arrepentirte en el futuro, la solución es simple: no lo subas.

Tu cumpleaños no es una contraseña segura

Ni 1234, ni el nombre tu primer hijo… Te sorprendería saber la cantidad de contraseñas obvias en las que todos acabamos coincidiendo. Lo ideal es usar una contraseña distinta para cada sitio web, piensa en lo fácil que sería acceder a tus cuentas si usaras la misma clave para todo. ¿Verdad que no usas la misma llave para el portal que para entrar en tu casa? Pues eso.

Y, como recordar todas esas contraseñas, con sus números, letras y caracteres especiales, sería imposible, existen lo administradores de contraseñas. Un administrador de contraseñas te ayudará a crear, almacenar y administrar contraseñas complejas y únicas para cada nuevo servicio que necesites. También puede volver atrás y actualizar contraseñas antiguas que pueden haber sido comprometidas sin que lo sepas. Los administradores de contraseñas también pueden evaluar la solidez de todas las contraseñas activas, identificar aquellas que son especialmente vulnerables y sugerir alternativas.

Actualiza

Muchos virus y programas de malware están diseñados específicamente para minar la identidad digital y se actualizan constantemente. Para protegerte, asegúrate de que tu antivirus y demás programas de software están al día con las últimas actualizaciones. El software más antiguo puede ser más vulnerable a los ciberataques.

Si no lo usas, bórralo

No somos Marie Kondo, pero el principio de que si no lo usas, a la basura, funciona mejor online que en tu armario.

Te sorprendería saber la cantidad de perfiles que tienes activos que nunca has usado. Una buena forma de empezar es a través de tu teléfono, revisa los datos de uso y borra todas esas apps que nunca has abierto, pero antes de borrarlas, elimina tu perfil de usuario y date de baja. Ganarás espacio en el móvil y tranquilidad.

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